lunes, 2 de febrero de 2015

Posted by ismael ugena |



El proyecto Percepción desde el mundo canino consiste en apreciar realmente hasta qué punto puede un perro servirse de su sentido del olfato (mucho más desarrollado que el humano, y muchísimo más que el mío). Los humanos usamos como sentido principal el de la vista, ya que, nosotros distinguimos un objeto de otro por su forma o su color básicamente, sin embargo, los perros, tienen mucho más desarrollado el sentido del olfato que el de la vista y, por ello, utilizan este sentido al mismo nivel que los humanos usamos el de la vista. Por ejemplo, un niño se come un bocadillo cuando se lo da su madre porque está viendo que, quien se lo está dando, es alguien en quien confía, sin embargo, si se lo ofrece un desconocido será más difícil que se lo coma. En el caso del perro, el proceso es el mismo pero mediante el olfato. El perro recuerda el olor del dueño y lo distingue de todos los demás  a la vez que lo clasifica en su cabeza como bueno o malo, sin embargo, aunque también los percibimos, todos estos olores pasan desapercibidos en nuestro día a día.



La gran pregunta era ¿cómo hacer que una persona perciba el mundo que le rodea de la manera en que lo hace un perro? Lo que más me sorprende de la sensibilidad que los perros poseen en su nariz es la habilidad que tienen para diferenciar un objeto de otro simplemente acercándose a olfatearlos, por muy cerca que estén uno de otro o por muy parecido que sea su olor. No por ello, quiere decir que los perros no usen su sentido de la vista, sí lo utilizan pero cobra mucho menos protagonismo en su día a día. Por ejemplo, si nos quitaran el sentido de la vista nos encontraríamos con una vida con muchos más impedimentos que si nos quitaran el del olfato (con claras excepciones como la de un sumiller), en cambio en el perro sería al revés.

Entonces, contestando a la pregunta, con mi proyecto pretendo mostrar un mundo en el que todos estos olores toman el papel protagonista haciendo ver también, que un solo olor de cualquier cosa  puede estar compuesto de varios olores. Para ello, se exponen en una serie de recipientes opacos con distintas cosas en su interior que desprende un olor que, a la vez que se compone de varios olores, los cuales están también expuestos para identificarlos con el olor principal y diferenciarlos, tanto por separado (en los recipientes secundarios) como en conjunto (en el recipiente principal).


Este proyecto no tendría sentido sin la ayuda de Gerardo Stratermans y sus imprescindibles explicaciones, razonamientos y consejos. En cuatro meses he aprendido a que no solo se puede aprovechar el olfato en el ámbito de la búsqueda de droga, sino que también se aprovecha para que los perros aprendan a obedecer a su guía. Para que un perro aprenda a hacer cualquier cosa debemos orientarla siempre al juego, lo cual me lleva a proponer 4 niveles de dificultad en mi proyecto y así orientar el aprendizaje del distinguir olores al juego o, como en este caso, a un videojuego con su incremento de dificultad a la vez que se van pasando los distintos niveles: nivel 1 (un olor compuesto de dos olores), nivel 2 (un olor compuesto de tres olores), nivel 3 (un olor compuesto de cuatro olores) y nivel 4 (un olor compuesto de cinco olores).



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