EL MOLINO Y LA CRUZ

Historia:

Como cada día, me pongo mis mallas, lo más cómodo para correr, una prenda que ahora se pone todo el mundo para lo que sea. Ya se fabrican de todo tipo de colores, elegantes, más informales... y la verdad, no lo logro entender, pero bueno, yo a lo mío. Siempre desayuno alguna manzana del árbol más cercano, después me dispongo a buscarme la vida de la única forma que sé. La gente no considera honrado lo que hago y, realmente, no logro entender por qué, simplemente cojo lo mínimo para sobrevivir, la parte que me toca, o al menos eso pienso yo.

La gente no lo ve bien porque su forma de pensar les interesa, ellos creen que por labrar y trabajar una tierra, el fruto que crezca de ella ya es suyo y tienen derecho a poseerlo. o por tener un sitio donde resguardar a las ovejas ya creen que esas ovejas son suyas y eso no tiene ningún sentido. Al final lo que de verdad hace que algún alimento llegue a su estado más rico es... bueno no sé bien lo que es pero sé que no son las personas.

Por este pensamiento que tiene la gente es por lo que me pongo mis mallas cada día. La gente se enfada cada vez que cojo unas zanahorias de algún huerto que el que esta allí trabajando se enfada y tengo que correr con mi saco lleno de comida. Siempre me voy por la zona del viejo molino donde algunos caminos son muy accidentados y donde hay que ser muy hábil para atravesarlos. Sin embargo, hoy hay demasiada gente, probablemente haya ocurrido algo importante, algún acontecimiento trágico o al menos eso parece. Es algo muy raro, por aquí no suele haber nadie, y además, gente de todo tipo, desde campesinos hasta guardias a caballo. 

Sin perder un segundo, aprovecho para perderme entre la multitud, despistar a mi perseguidor y poder seguir con mi nómada vida antes de que llegue la tormenta que se asoma por el horizonte...